sábado, 29 de septiembre de 2007

La Misión

Sábado 29/09/2007 - 17:30 - Después de una mañana tranquila, tomando unos mates y viendo los mails decidí empezar la recorrida por la ciudad. El día al principio no acompañaba, estaba medio nublado, pero poco a poco fue mejorando.

Y es así que ahora me encuentro en uno de los puentes del Tíber, con el mapa decidiendo el próximo destino. Las opciones son: el Foro Romano con sus ruinas de más de 2000 años o Campo de' Fiori. Finalmente me decido por la segunda opción es la más cercana y no me quedan muchas horas de luz.

Voy caminando tratando de aprovechar hasta el último detalle. Por la misma vereda una de las tantas iglesias que todavía no me di tiempo para entrar. Después de analizar las dos posibles alternativas - entrar o no - estoy cruzando la puerta de entrada. Avanzo a paso muy lento mirando las obras de arte de las capillas laterales y el techo hasta llegar al altar.

Cuando me estoy por sentar en uno de los bancos veo que se me acerca una chica con cara conocida que estaba en el coro, justo al lado del altar. A pocos metros la reconozco, es la chica que conocí cuando estaba visitando otra iglesia. [Post: Un dia cualquiera: 13/09/2007 ] Le pregunto con tono irónico si estaba en muchas iglesias más... se ríe y me dice que no, simplemente estaba porque había una misa de envío para una misión que organizaban jóvenes de todas las parroquias y movimientos del centro histórico de Roma.

Me invita a quedarme a la misa y ella vuleve a seguir ensayando. Empieza a llegar cada vez más gente, sobre todo jóvenes. La misa fue un show. El contraste del cardenal con un aspecto serio y solemne, y de fondo todos o casi todos los que participaban cantaban y aplaudían con una alegría inexplicable Al poco tiempo yo estaba también aplaudiendo.

Quiero hacer un comentario. Seguramente alguno con un pensamiento más bien conservaor no estará de acuerdo con los aplausos. Para otro que no se siente tan identificado con la iglesia, algunos de estos párrafos no los vivirá con la misma intensidad. Pero verdaderamente puedo decir que desde ese día empezó una semana inolvidable. La semana de la MISION, de la cual también formé parte.

Terminada la misa de envío, gente de todas las edades forman filas para recibir la remera que nos identificará ante todos los romanos, italianos y turistas que visitan la ciudad. Una vez más estoy ante la duda de qué hacer. ¿Formo la fila y agarro una remera para tenerla de recuerdo? ¿Me quedo donde estoy y sigo como espectador toda esta alegría? ¿O decido formar parte de esta gioia - alegría - que contagia y parece no tener límites. Mi amigo Luigi, de quién más adelante les voy a hablar, me codea y dice: "Dai, vai!" - Dale, andá! -.

Después de recibir la remera y dejar grabada mi firma en un gran papel, junto con la de todos los integrantes empezé a formar parte oficial del equipo. Antes de salir de la capilla donde está la tumba de San Felipe Neri - Patrono de Roma - pienso en las palabras que escuché en la misa. Cómo no voy a estar contento! Siento que el corazón se acelera y por un instante pierdo la noción de lo que estoy viviendo. Pero es verdad! Estoy viviendo en una ciudad donde caminaron personas que fueron capaces de cambiar el rumbo de la historia, que se dieron cuenta que valía la pena vivir la vida para hacer más plena la del otro. E inevitablemente se me viene a la memoria la imagen de un grande: JP II ; y una "pequeña", más conocida como Madre Teresa. Desde el cielo también nos están mirando.

Y ahora si, con los chicos del grupo vamos camino a Piazza Navona. Estamos caminando por Corso (Avda) Emanuele II que atraviesa el centro histórico de Roma. Son alrededor de las 9 PM y todos los turistas miran nuestras remeras. Siento algo que me sale de adentro y empiezo a tararear una canción. Les digo a los chicos de cantar algo en italiano. Seguimos caminando por esas callesitas de empedrado, sin veredas, rodeadas de paredes centenarias y llena de bares y restaurantes entre cada esquina. Por decisión unánime entramos en una de estos mágicos lugares a comer una pizza. No se si es Roma, su historia, las personas con las que estoy o la pizza que estoy comiendo... pero quisiera guardar este momento para siempre.

Y ahora si, estamos casi llegando. Me parece escuchar el ruido del agua. Finalmente delante de mis ojos están representados los cuatro continentes con sus ríos - el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata - en una escultura magnífica de Bernini. Inmediatamente al frente Sant'Agnese, la iglesia que estoy por conocer y visitar en persona a una amigo.



- ...Pero Padre, porqué crear al hombre si ya sabes que pecará y estará lejos de ti?
- Hijo. Tengo un plan.


Y estando ahí con Él en persona entendí cuál era el plan... Y así comienza la misión.




Algunas Fotos y un video:

Gesu al Centro


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Wenas kpooo
La remeras por lo pronto tiene toda la facha, si podes conseguite unas 7 por lo menos pa un buen partido de fobal. Jejeje.
Mucho exitos, y aprovecha a pedir ahora que estas en la sucursal posta.Es mas ya te voy a estar mandando un par de peticiones.
Saludos. Luis Chico

Anónimo dijo...

HOLA PRIMO: Espero que las cosas se hallan mejorado, solo hay que seguir adelante... y a ver si actualizas la pagina porque no se noticias tuyas un beso grande cuidate mucho