jueves, 27 de septiembre de 2007

Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.

Compañeros de viaje, seguramente si estas "páginas" las hubiera escrito un par de días atrás el título sería diferente. A lo mejor la frase del relator italiano en el mundial 90: "Un giorno tristisimo" un posible título para continuar la historia.

Todo empezó el lunes 24 cuando voy a averiguar para hacer los trámites del "Permesso di soggiorno" - permiso para permanecer legalmetne en Italia -. Llego a la oficina y un hombre de unos treinta años, pelado, me pregunta qué necesito mientras responde al teléfono a otra persona. Luego me indica que saque un número y tome asiento.

El lugar es bastante reducido, la gente va de una oficina a otra. De repente siento un grito: "Cristóforo!!!!". Es para el pelado de la recepción, que tiene que responder mientras atiende a otra persona en el teléfono. El trato entre el personal de la oficina no es bueno, con lo cual se pueden imaginar como es para las personas que necesitan ser atendidas. Se ve gente de todos lados: Filipinas, Africa, Turquía, o algún país de por aquella zona.

Finalmente llega mi turno. Me atiende un chico de mi edad. Le explico mi situación y se me queda mirando... Inmediatamente me dice que no puedo hacer nada y que tengo que esperar a fin de año para empezar los trámites. Me quedé helado. Las cosas empezaban a complicarse.

Vuelvo a casa y empiezo a buscar en internet más información mietras espero la llamada de mi última entrevista. Las horas pasan y el teléfono mudo. Finalmente a las 6:00 de la tarde llamo para saber si hay alguna novedad. La respuesta me deja un poco preocupado, me dicen que llame mañana.

El martes por la mañana me vuelvo a comunicar y la respuesta fue la que me estaba imaginando. El cliente final no acepta que empieze a trabajar si no tengo todos los papeles al día. Un bajón.

Por la tarde voy a una segunda entrevista con otra empresa y después de analizar todas las posibilidades, otra vez lo mismo. No se puede hacer nada sin tener el trámite de la visa, que como me informaron el lunes, tengo que esperar hasta fin de año. Volvi a casa y me quedé leyendo la ley italiana para los inmigrantes.

Es así que el miércoles me dirijo al organismo que atiende a los extranjeros - Sportello Unico per l'immigrazione -. Llego alrededor de las 10 de la mañana y tengo suerte. No cerraron la fila. El horario de atención es de 9 a 13 pero hay gente que está esperando desde las 5:00 AM y otros que hasta durmieron en el lugar. La fila es enorme. Parece que se jugara la final de un mundial. Las vallas y la policia controlando que no pase la gente. Están casi todos los paises: Albania, Argentina, Brasil, India, Irán, Japón, etc... y cada uno se juega su partido.

Si les contaba que el lunes la atención no era muy buena, me retracto. Ojalá hubiera recibido el 1% de lo que fue el lunes. Después de esperar 4 horas y media, me llegó el turno. Por suerte estaba en la fila correcta y en la fecha correcta. Sino me hubiera pasado como a otra chica que le dijeron: "No, vos llegaste el 23 a Italia, tenés que venir la otra semana". Y obviamente hacer la fila de vuelta.

Planteo mi situación y esta vez menciono los artículos de la ley que estuve viendo y por los cuales pido acelerar mi trámite. Y el eco de la respuesta de siempre me dice que no se puede hacer nada. Me dejan hablar con otra persona, pero siempre lo mismo.

Hoy jueves de repente me encuentro cantando camino a otra entrevista. No encuentro una explicación concreta pero mi estado de ánimo y forma de encarar la situación dio un giro de 180°. A veces es necesario tocar fondo para darse cuenta que hay que mirar arriba para encontrar la salida. No tener nada seguro resulta a veces algo estresante. Pero es una buena forma de poner a prueba la paciencia y la esperanza. El ejercicio de estas dos virtudes creo que son el camino a la paz interior y la felicidad para con uno mismo y los demás.

Vuelvo de la segunda entrevista del día, son alrededor de las 6:00 PM. Camino por la Plaza San Pedro. Llueve! Casi no hay gente. Abro los brazos y me dejo acariciar por la lluvia. Cuántas veces voy a disfrutar de esto!

En San Pedro bajo la lluvia

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Juancito:..."Nada te turbe, nada te espante, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada la falta.Solo Dios basta..."Tene confianza que se van a solucionar las cosas.
Maria

Anónimo dijo...

querido primo, que puedo decirte?estoy con vos asi como vos lo estuviste cuando te necesite; tranquilo las cosas van a mejorar, confia en Dios, el nunca te abandona y sabe lo que hace y lo que es mejor para ti y te dara lo que necesitas en el momento indicado, no desesperes. siempre estas presente en mis oraciones. besos EMILIA

Anónimo dijo...

Quanto mais cheio de pedras e difícil é o caminho,maior é satisfaçao que sentimos, quando chegamos, ao tope da montanha.

Vera